Cualquier época del año es una buena ocasión para desconectar y pasar unos dás en una casa rural en León y disfrutar de los paisajes que nos regala la naturaleza. Pero es casi imposible concebir el turismo rural sin hacer mención a la gastronomía. Al menos esto es lo que ocurre cuando León es la ciudad escogida para nuestra escapa rural y, más todavía, cuando nos encontramos en plenas fiestas de San Froilán.
Si por algo se caracteriza León es por la originalidad y sabor de sus postres. Muchos de ellos se pueden degustar en el restaurante de nuestra casa rural en León. Por ello, las fiestas de San Froilán cuentan con un postre propio de estas fechas, que no es otro que las rosquillas del santo.
¿Cuándo surgen las rosquillas de San Froilán?
Este postre, también llamado rosquillas pías, tiene 35 años de vida. Surgió en los años 80 del siglo XX de la mano del repostero Santiago Pérez García. Más de tres décadas después se han convertido en la seña gastronómica de las fiestas de San Froilán, en León, que se celebran cada 5 de octubre.
Imagen cortesía de ileon.com
A pesar de los tan solo 20 gramos de cada una de ellas, las rosquillas del santo han conseguido enamorar a todos los paladares. Tanto es así, que son tan imprescindibles en León como es la morcilla leonesa o el cachopo, comidas típicas de la provincia que se pueden degustar nuestra casa rural de León, La Bolera.
Santiago Pérez es considerado como un gurú de la repostería. Se formó en este campo después de heredar la confitería La Coyantina, situada en León. Fue precisamente en este local donde surgió la idea de inventar un nuevo manjar dulce en forma de rosquilla. Pero no fue hasta pasado el tiempo cuando adquirió más valor el sabor y significado de este postre, tan demandado en los restaurantes de León como es el de nuestra casa rural.
¿Cómo se elaboran las rosquillas de San Froilán?
- Calentamos 250ml de leche junto con un poco de mantequilla, sal y azúcar. Justo cuando va a empezar a hervir, se le agrega 150 gramos de harina y se remueve todo hasta crear una masa espesa.
- Una vez que la masa está templada, no caliente, agregamos ron y tres huevos, con lo que nos queda una masa más lisa y suave.
- Ponemos la masa en una manga pastelera con boquilla rizada y comenzamos a expulsarla sobre trozos de papel de horno creando rosquillas pequeñas.
- Freímos las rosquillas dejando el papel arriba de las mismas. Quitamos el papel cuando las rosquillas se empiezan a dorar.
- Dejamos que se enfríen.
- Echamos el glasé encima de las rosquillas. Para ello, mezclamos azúcar glas, ron y zumo de limón.
- Ya están listas para ser degustadas en el restaurante de nuestra casa rural en León.
