Hoya vamos a adentrarnos en los bosques de Laciana. Sin duda, una de las maravillas de la zona es su naturaleza viva. Poder visitar los bosques, las cascadas, las montañas de Laciana, etc. es un regalo para la vista. Además, tiene unas cuantas particularidades que lo convierten en una zona más interesante, si cabe.
Los bosques de nuestra zona cuentan con especies de árboles de muchos tipos: acebos, robles, avellanos, fresnos, abedules, arces, etc. Todos ellos son especies difíciles de encontrar en otras zonas de nuestro país. Son árboles fuertes, que resisten bajas temperaturas y que duran muchos años. Pero son los tejos son uno de los árboles más destacados de los bosques de Laciana. Destacan especialmente los tejos de Rioscuro. Son enormes, llegando a medir 15 metros de altura y siete de diámetro.
Los tejos en nuestros bosques
Los tejos son árboles de leyenda. Solo adentrarte en los bosques pareces entrar en el decorado de una película. Realmente es muy impactante y muy recomendable hacer alguna ruta, por pequeña que sea, en esta zona. Los tejos de estos bosques cuentan con 1.000 años de antigüedad y eso supone tener muchas historias a sus espaldas. Se habla de leyendas y tesoros escondidos como el famoso ‘carnero de oro’ enterrado por los moros. Todas ellas hacen que estos tejos sean un ligar ideal para perderse.
Se dice que los tejos son tan tóxicos como sagrados. Su madera es muy codiciada desde tiempos inmemorables. Sin embargo, el tejo es un árbol tóxico, exceptuando la corteza carnosa del falso fruto (arilo). La semilla negra que alberga contiene un alto porcentaje en taxina, y se utiliza en el campo médico para combatir afecciones cardiacas, tratar mordeduras de víboras y actualmente se está probando su efectividad para combatir algunos tipos de cáncer. Es precisamente su toxicidad la que hace del tejo un árbol famoso. En tiempos de guerra, se utilizaba el veneno del tejo para colocar en las puntas de las flechas y ser más letales.
También el tejo tiene su historia en el ámbito sagrado. Se trata de un árbol que se asocia mucho en la rueda vida-muerte. Esto es algo que se explica muy bien si tenemos en cuenta ssu capacidad de regeneración y su longevidad. Con el cristianismo, este concepto de “renacimiento” o regeneración se adaptó al de “resurrección”. Por ello, se considera un árbol sagrado y muchas iglesias tienen un tejo en su entorno.
